domingo, 12 de octubre de 2008

12 de Octubre de 1492: Nada para festejar

Muchos a los que desde nuestros años escolares nos han acostumbrado a festejar el día del “descubrimiento” de América, el “Día de la Raza” o el del “encuentro entre culturas” estaríamos inclinados a creer que hoy es día festivo en toda América, en todos sus países. Pero no es así, ya que sólo se conmemora en Argentina, Uruguay, Colombia y Estados Unidos.

Yo creo que es una fecha que debería observarse en todo el continente, pero no en nombre de la paparruchada esa del “Día de la Raza”, sino como una conmemoración lúgubre en donde más que un “encuentro entre culturas” tiene lugar el comienzo de una verdadera invasión y aniquilamiento de una cultura por sobre otra. Creo que este día tiene para todos los americanos, sobre todo para aquellos que son descendientes de quienes han habitado el continente desde tiempos inmemoriables, el mismo tenor de luto que para los argentinos en particular tiene la observación del Dia de la Memoria todos los 24 de Marzo desde 1976.

La mayoría de los que tenemos feriado mañana debido a esta conmemoración seguramente nos sentiremos contentos y aliviados. Sin embargo, invito a que reflexionemos que es lo que estamos “festejando” exactamente.

Colón no era más que un ambicioso empresario de ultramar. Cuentan las crónicas que durante las dos primeras semanas de iniciada su aventura ya se podía encontrar en su diario la palabra “oro” repetida en 75 veces… Cuando llegó a América, se encontró con una sociedad que no estaba erigida sobre la propiedad privada y en donde el respeto al prójimo era la base fundamental. Decía Colón al respecto : ”Son la mejor gente del mundo, y sobre todo la más amable, no conocen el mal –nunca matan ni roban-, aman a sus vecinos como a ellos mismos y tienen la manera más dulce de hablar del mundo, siempre riendo. Serían buenos sirvientes, con 50 hombres podríamos dominarlos y obligarlos a hacer lo que quisiéramos”
Para abusar de esta “amabilidad” de los nativos, Colón no perdió el tiempo y comenzó a esclavizarlos, y les ordenó que le trajesen todo el oro que encontrasen, usando como método de “estímulo” el de cortarles las manos a los que no consiguieran ni una pepita. Nada de intercambio por espejitos de colores…

Nunca faltan los que intentan justificar semejantes atrocidades argumentando que hay que “situarse en la época” para entender y juzgar los hechos. Pues bien, yo les digo que se levantaron muchas voces contemporáneas condenando este genocidio, como la del fray Bartolomé de las Casas. Ante estas protestas las autoridades tomaban medidas, aunque muchas eran realmente ridículas y tenían como objetivo hacer figurar en los pergaminos que se estaba “haciendo algo”, cuando en realidad lo que se buscaba era justificar la matanza ante las voces opositoras.
Una de esas “medidas” consistía en aceptar que los nativos se les pagase por el trabajo que hicieran. Pero la libertad de interpretar y tergiversar las normas estaban a la orden del día, y por lo tanto no resultó en el clásico contrato empleado-patrón al que las partes se someten “libremente”, sino que más bien todo derivó en un sistema de esclavitud míseramente rentada, i.e. los tristemente célebres sistemas de Obraje colonial.
Otra “medida” tomada fue la de justificar todo el despojo en nombre de la evangelización católica. Decía al respecto un jurista de la época: “siendo por naturaleza siervos los hombres bárbaros, incultos e inhumanos, se niegan a admitir la dominación de los que son más prudentes, poderosos y perfectos que ellos siendo por derecho natural que la materia obedezca a la forma, el cuerpo al alma, el apetito a la razón (…) para desterrar las torpezas nefandas (…) y propagar la fe cristiana por todos los rincones del mundo”. Esto terminó derivando en la redacción de un documento conocido como el “Requerimiento”, que tenía como objetivo comunicarles a los nativos su nueva situación de “siervos” de la Iglesia, y por lo tanto, de súbditos del rey. Consistía en un mamotreto que los conquistadores les leían a los nativos (en español, por supuesto) antes de iniciarles la “guerra justa”, y decía algo así:

“Dios hizo el Cielo y la Tierra y una pareja humana, Adán y Eva, de la que todos descendemos, y dejó a San Pedro para que fuese superior linaje humano. El descendiente de este San Pedro vive en Roma y es el papa, quien ha hecho donación de todas la Indias a los reyes de Castilla en virtud de ciertas escrituras que podéis ver si quisiéredes. (…) Por ende, como mejor puedo vos ruego que entendáis bien esto que os he dicho, y tenéis para entenderlo y deliberar sobre ello el tiempo que fuere justo. (…) Si esto no lo entendiéreis, certificoos que con la ayuda de Dios yo entraré poderosamente contra vosotros y vos haré guerra por todas partes y manera yo pudiere, y vos sujetaré al yugo y obediencia de la Iglesia y sus altezas, y tomaré vuestras personas y vuestras mujeres e hijos y los haré esclavos, y como tales los venderé. (…) Y protesto que las muertes y daños que della se recrescieren sean de vuestra culpa, y no de su alteza, ni mía ni destos caballeros que conmigo vinieron”.

Sin palabras para algo tan absurdo, remarcando además la generosidad de la Iglesia para regalar lo que no es suyo… Encima se los leían en español, y por supuesto los nativos no entendían un joraca. Pero ya estaba justificada la “guerra justa”.

Bueno, este es mi pequeño homenaje a los caídos durante el Genocidio Americano acontecido durante más de 3 siglos, todo hecho en nombre de consignas como la “liberación espiritual” o la “erradicación de la barbarie”, absurdas excusas para justificar la dominación que aun hoy me suenan muy contemporáneas…

4 comentarios:

Ulschmidt dijo...

De todas formas nosotros venimos a ser los favorecidos hijos de los invasores y no los virginales americanos, o en todo caso, el producto del mestizaje.

LauraGalletita dijo...

Bienvenido, Ulschmidt por estos pagos! Espero que se sienta a gusto!

Es cierto que somos hijos del mestizaje, pero éso hace menos menos valedera la crítica? Digo: si mi abuelo fué chorro, tengo que decir que no está tan mal afanar? Creo que definitivamente no.
El punto central (corríjame, Joe si me equivoco) es que ninguna otra "civilización" impuso como día de "festejo nacional" el comienzo de una masacre, sea cual fuere el motivo. Ésa es la crítica neurálgica del post.

Un abrazo.

Joe dijo...

Brillante sintesis Laura, yo no podrian haberlo dicho mejor.

Anónimo dijo...

El genocidio tambien tuvo sus su resistencia. Hubo casos muy conocidos y otros menos. Uno de los mas emblemáticos fue la Batalla de Corpus Christi en 1536, en Buenos Aires, donde los españoles venian persiguiendo a los querandies que se escondieron en una laguna (laguna de Rocha). Los españoles se metieron, se les atascaron los caballos y los Querandies les dieron una paliza que todavia se festeja.
Curiosamente en el lugar donde fue la batalla, la laguna fue rellenada y hoy pertenece a una empresa transportista. Mas curioso es que a escasos metros de ahí, funcionó un Centro de Detención en la dictadura. Coincidencias dicen por ahí... yo no se...
Aca hay dos videos a modo de documental:
http://www.youtube.com/watch?v=Zb38gS8DuMY
http://www.youtube.com/watch?v=W7MwezVBfvI
El primero es sobre la Laguna donde se desarrollo la batalla, el segundo sobre el Centro de Detención que esta en ese predio.
Un abrazo.
Espartaco Condorcanqui.