domingo, 17 de agosto de 2008

El General en sus botas


¿Cuál es el sentido de las conmemoraciones patrias y de sus consecuentes feriados? A muchos nos resulta complaciente tomarlos como excusa para poder tener un día más de ocio en el año, y también ayudan a los que viven del turismo, claro. Pero hay un fin más trascendental que estos terrenales (y válidos) propósito. Puesto en palabras del extraordinario líder que hoy homenajeamos:

“Las instituciones de los pueblos no son sino la expresión de sus ideas sobre el bien común, y los signos exteriores que se adoptan por los gobiernos son el único lenguaje propio para explicar a la multitud los principios que los animan”.

Esto es, mediante nuestros “signos exteriores” (monumentos, nombres de calles y avenidas, festividades patrias, feriados…) se pretende transmitir a “la multitud”, a nosotros el Pueblo, cuales son los principios que animan nuestras instituciones y nuestros idearios de lo que es el bien común.

Por lo tanto, mientras disfrutamos del fin de semana largo, reflexionemos. Reflexionemos un poco quien fue Don José de San Martín, y por qué hoy es “su” feriado. Ya que estamos viviendo este “signo exterior”, pensemos cuáles son los principios que nos quiere reflejar. Y propongo que lo hagamos, siempre que nos sea posible, con todos los feriados, y calles, y monumentos…

Este post, y tal vez otros por venir, pretenden ser una pequeña ayuda para esa necesaria reflexión y para alentar a que no nos quedemos sólo con las “versiones Billiken” que lamentablemente nos enseñan en el primario y secundario, y así podamos distinguir a aquellos que realmente se merecen nuestros homenajes y feriados.

El General de medio continente

Próceres tenemos unos cuantos, pero si uno analiza vida, obra y pensamiento de San Martín va a notar que lo suyo es fuera de serie (quizá sólo comparable con Belgrano). Este sí que fue un PROCER con todas las letras. Durante su juventud en Europa los ideales de igualdad y libertad le cavaron bien hondo, ya que además de haber sido uno de los militares más extraordinarios de la historia, era una persona con un altísimo nivel cultural. Desde entonces se puso a disposición para lograr y después resguardar la libertad de su país.

A continuación algunos retazos de su historia que considero que deberíamos tener prensente:

- Código de Honor del Ejército de los Andes:

“La patria no hace al soldado para que la deshonre con sus crímenes, ni le da armas para que comenta la bajeza de abusar de estas ventajas ofendiendo a los ciudadanos con cuyo sacrificio se sostiene. (…) Las penas aquí establecidas y las que se dictasen según la ley serán aplicadas irremisiblemente: sea honrado quien no quiera sufrirlas: la Patria no es abrigadora de crímenes.”

Que decir de los nefastos militares del s. XX que invocaban el “espíritu Sanmartiniano”, o directamente se creían San Martín mismo, pero violaban y asesinaban civiles…

- Mientras los generales genocidas de la última dictadura quemaban libros, San Martín fundó bibliotecas prácticamente en cada ciudad que libertaba, donando sueldos y premios para tal fin.

- En reiteradas ocasiones las autoridades de Buenos Aires le ordenaron abandonar la campaña libertadora y regresar al país para engrosar al ejército porteño en su guerra civil contra las provincias del Litoral y Artigas. El General por supuesto se mantuvo fiel a su causa de libertar a su querida América, además de negarse durante toda su vida a “derramar sangre de hermanos”. Léanlo Uds. de sus palabras:

“Cada gota de sangre americana que se vierte por nuestros disgustos me llega al corazón. (…) No tengo más pretensiones que la felicidad de la Patria. Mi sable jamás se sacará de la vaina por opiniones políticas, como éstas no sean a favor de los españoles y de su dependencia”.

Y esto que dijo le cumplió hasta el final de sus días. ¡Qué grandeza!

Por supuesto, los energúmenos que le dieron semejante orden jamás le perdonaron su desobediencia, a punto tal que no le permitieron ir a Buenos Aires en 1823 cuando su esposa estaba muriendo, además de difamarlo ingratamente.

- Recuerdo cuando teníamos que dar las “lecciones” sobre San Martín en la escuela, y simplemente decíamos que con su ejército “cruzó los Andes”. Para los que tuvimos la suerte de poder conocer la bellísima Mendoza y luego cruzar hasta Chile por tierra (en auto, claro) es realmente conmovedor pensar en aquel ejército mal vestido, mal alimentado, con su líder enfermo, pero con todo lo demás de sobra como para realizar semejante hazaña, todo para la causa de la libertad de los prójimos americanos. El mismo San Martín no le temía tanto al enemigo como a aquellos “enormes montes”. Una epopeya militar realmente, que fue rotundamente exitosa gracias a esa pasión por la libertad de los prójimos. Qué más decir sino expresar mis más profundas gratitudes para aquellos verdaderos héroes.

- De lo que el General no pudo liberarnos es de la oligarquía que quedó enquistada luego de más de 3 siglos de colonialismo español. Los ideales de libertad e igualdad no eran concordantes con sus privilegios, por lo que San Martín fue blanco de constantes conspiraciones y difamaciones, como por ejemplo queda en evidencia en esta carta de un miembro de la alta sociedad porteña de esos tiempos:

“Todos abominan de San Martín y no ven en él más que a un enemigo de la sociedad desde que se ha resistido a tomar parte de las guerras civiles y ha impedido el avance de sus tropas. A él le atribuyen la sublevación de los pueblos, y si se aumentan las desgracias de este país creo que lo quemarán en estatua (…)”

Es por esto que, ya cansado, decidió retirarse de la vida política. Así lo anunciaba a un amigo en una carta:

“Ud me reconvendrá por no concluir la obra empezada. Usted tiene razón, pero más tengo yo. Créame amigo, ya estoy cansado de que me llamen tirano, que en todas partes quiero ser rey, emperador y hasta demonio. Por otra parte, mi salud está muy deteriorada; el temperamento de este país me lleva a la tumba; en fin, mi juventud fue sacrificada al servicio de los españoles y mi edad media al de mi patria, creo que tengo el derecho de disponer de mi vejez.”

- Luego de retirarse a Europa en 1823, hubo una vez más en donde casi vuelve. El siempre decía estar dispuesto a regresar sólo si la soberanía de la Patria estaba en peligro, pero nunca a participar de guerras civiles. Cuando el país entró en guerra con Brasil, decidió tomar parte. Pero tuvo que esperar hasta que Rivadavia (quién odiaba entrañablemente a San Martín) dejase el poder, y cuando Manuel Dorrego (un ex subalterno suyo) tomó la gobernación decidió embarcarse. Lamentablemente cuando llegó, en febrero de 1829, ya Dorrego había sido salvajemente fusilado por otro subalterno suyo (Lavalle). Profundamente desilusionado, se negó a desembarcar y tomar partido por nadie. Él lo expresaba de esta manera:

“(…) Suponiendo que la suerte de las armas me fuese favorable en la guerra civil, yo habría tenido que llorar la victoria con los mismos vencidos (…)”

Así como se vino, se volvió y nunca más regresó… Otro gesto de grandeza como lo tienen pocos héroes, cumpliendo con su palabra de jamás derramar sangre de hermanos.

Espero les haya gustado este sencillo homenaje a este verdadero PROCER. Desde nuestro lugar y como podamos, sepamos con nuestros actos cotidianos rendirle homenaje, para lograr la Patria justa e igualitaria que él soñó y por la que dejó literalmente TODO. Lamentablemente aún hoy, 158 años después de su muerte, esa Patria todavía está por lograrse.

1 comentario:

LauraGalletita dijo...

Muy bueno, Joe! Clap clap clap clap!
Gracias por tamaño post! Y sigamos vivando a los verdaderos héroes de nuestra patria!

Todos los besos son suyos!