viernes, 17 de octubre de 2008

Suban el volumen

"Mira qué hermosa mañana... la naturaleza me ha sacado de la camaaaaaaaaaa"
Para el finde... y quien recuerde este tema fiestero jeje

Camisa fuera del pantalón, cerveza en mano, y ya empezando a menear suban el volumen.
Boomp3.com

Da para ponerlo otra vez, no? jejeje

miércoles, 15 de octubre de 2008

Con el paso de los años... ?



Ayer, quedé bastante mal después de leer este post.


Como de costumbre, antes de dormir, me puse a escuchar el programa “La venganza será terrible” de Alejandro Dolina. En una sección de su programa en la que lee mensajes de los oyentes se detuvo en uno que le preguntaba: “Qué opina sobre éste pensamiento que vengo escuchando por ahí: algo así como que cuanto más viejo se pone uno, mas hacia la derecha se va su ideología. ¿Tendrá algo que ver con el cinismo (…) y el consiguiente desencantamiento que acompaña a los años?”

No creo, - dijo Dolina, empezando a esbozar su respuesta- porque el cinismo es algo que se pierde con los años… necesita de una actitud mental muy alerta; el cinismo consiste en rastrear el desatino, y en general, lo cierto es que hay un aburguesamiento de las personas que son más prósperas entonces ya no les molesta tanto la injusticia. –Hizo un silencio- Pero no siempre es así… pasa que en la balanza empieza a pesar más lo que uno posee… entre otras cosas porque es más lo que posee…(...) . Conviene, por eso, fomentarse la pobreza -risas-.

“Sobre todo para los controles del Estado” -acota Coco Sily-

Dolina:- Si… yo estoy muy a favor de que hay que controlar, para lo cual conviene controlar desde la escaza posesión.

¿Cómo hacer, si es que fuera inevitable, para evitar el aburguesamiento, el que la injusticia ya no nos moleste tanto… Cómo evitar que se nos “encalle” la sensibilidad?

lunes, 13 de octubre de 2008

12 de Octubre... día de qué?

Visto el alboroto que se armó (en el blog de los chiflados) por el post que nuestro economista publicó por el 12 de octubre, y reconozco, indignada por algunos comentarios, mi viejo me recordó una carta escrita por Luis Britto García que hablaba de la "amable llegada" de los conquistadores a América y algunas deudas pendientes. Muy recomendable.

Carta presentada el 08/02/2002 ante la Reunión de Jefes de Estado de la Comunidad Europea

"(...) Aquí pues yo, Guaicaipuro Cuatemoc, he venido a encontrar a los que celebran el encuentro... -Aquí pues yo, descendiente de los que poblaron la América hace cuarenta mil años, he venido a encontrar a los que la encontraron hace solo quinientos años".
Aquí pues, nos encontramos todos. Sabemos lo que somos, y es bastante. Nunca tendremos otra cosa. El hermano aduanero europeo me pide papel escrito con visa para poder descubrir a los que me descubrieron. El hermano usurero europeo me pide pago de una deuda contraída por Occidente, a quien nunca autoricé a venderme. El hermano leguleyo europeo me explica que toda deuda se paga con intereses aunque sea vendiendo seres humanos y países enteros sin pedirles consentimiento. Yo los voy descubriendo. También yo puedo reclamar pagos y también puedo reclamar intereses.
Consta en el Archivo de Indias, papel sobre papel, recibo sobre recibo y firma sobre firma, que solamente entre el año 1503 y 1660 llegaron a Sanlucar de Barrameda 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata provenientes de América.
¿Saqueo? ¡No lo creyera yo! Porque sería pensar que los hermanos cristianos faltaron a su Séptimo Mandamiento.
¿Expoliación? ¡Guárdeme Tanatzin de figurarme que los europeos, como Caín, matan y niegan la sangre de su hermano!
¿Genocidio? Eso sería dar crédito a los calumniadores, como Bartolomé de las Casas, que califican al encuentro como de destrucción de las Indias, o a ultrosos como Arturo Uslar Pietri, que afirma que el arranque del capitalismo y la actual civilización europea se deben a la inundación de metales preciosos!
¡No! Esos 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata deben ser considerados como el primero de muchos otros préstamos amigables de América, destinados al desarrollo de Europa. Lo contrario sería presumir la existencia de crímenes de guerra, lo que daría derecho no sólo a exigir la devolución inmediata, sino la indemnización por daños y perjuicios. Yo, Guaicaipuro Cuatemoc, prefiero pensar en la menos ofensiva de estas hipótesis. Tan fabulosa exportación de capitales no fueron más que el inicio de un Plan 'MARSHALLTESUMA', para garantizar la reconstrucción de la incipiente Europa. Por eso, al celebrar el Quinto Centenario del Empréstito, podremos preguntarnos:
¿Han hecho los hermanos europeos un uso racional, responsable o por lo menos productivo de los fondos tan generosamente adelantados por el Fondo Indoamericano Internacional?
Deploramos decir que no.
En lo estratégico, lo dilapidaron en las batallas de Lepanto, en armadas invencibles, en terceros reichs y otras formas de exterminio mutuo, sin otro destino que terminar ocupados por las tropas gringas de la OTAN, como en Panamá, pero sin canal.
En lo financiero, han sido incapaces, después de una moratoria de 500 años, tanto de cancelar el capital y sus intereses, cuanto de independizarse de las rentas líquidas, las materias primas y la energía barata que les exporta y provee todo el Tercer Mundo.
Este deplorable cuadro corrobora la afirmación de Milton Friedman según la cual una economía subsidiada jamás puede funcionar y nos obliga a reclamarles, para su propio bien, el pago del capital y los intereses que, tan generosamente hemos demorado todos estos siglos en cobrar. Al decir esto, aclaramos que no nos rebajaremos a cobrarle a nuestro hermanos europeos las viles y sanguinarias tasas del 20 y hasta el 30 por ciento de interés, que los hermanos europeos le cobran a los pueblos el Tercer Mundo.
Nos limitaremos a exigir la devolución de los metales preciosos adelantados, más el módico interés fijo del 10 por ciento, acumulado solo durante los últimos 300 años, con 200 años de gracia. Sobre esta base, y aplicando la fórmula europea del interés compuesto, informamos a los descubridores que nos deben, como primer pago de su deuda, una masa de 185 mil kilos de oro y 16 millones de plata, ambas cifras elevadas a la potencia de 300. Es decir, un número para cuya expresión total, serían necesarias más de 300 cifras, y que supera ampliamente el peso total del planeta Tierra. Muy pesadas son esas moles de oro y plata. ¿Cuánto pesarían, calculadas en sangre? Aducir que Europa, en medio milenio, no ha podido generar riquezas suficientes para cancelar ese módico interés, sería tanto como admitir su absoluto fracaso financiero y/o la demencial irracionalidad de los supuestos del capitalismo. Tales cuestiones metafísicas, desde luego, no nos inquietan a los indoamericanos. Pero sí exigimos la firma de una Carta de Intención que discipline a los pueblos deudores del Viejo Continente, y que los obligue a cumplir su compromiso mediante una pronta privatización o reconversión de Europa, que les permita entregárnosla entera, como primer pago de la deuda histórica... (...)"

domingo, 12 de octubre de 2008

12 de Octubre de 1492: Nada para festejar

Muchos a los que desde nuestros años escolares nos han acostumbrado a festejar el día del “descubrimiento” de América, el “Día de la Raza” o el del “encuentro entre culturas” estaríamos inclinados a creer que hoy es día festivo en toda América, en todos sus países. Pero no es así, ya que sólo se conmemora en Argentina, Uruguay, Colombia y Estados Unidos.

Yo creo que es una fecha que debería observarse en todo el continente, pero no en nombre de la paparruchada esa del “Día de la Raza”, sino como una conmemoración lúgubre en donde más que un “encuentro entre culturas” tiene lugar el comienzo de una verdadera invasión y aniquilamiento de una cultura por sobre otra. Creo que este día tiene para todos los americanos, sobre todo para aquellos que son descendientes de quienes han habitado el continente desde tiempos inmemoriables, el mismo tenor de luto que para los argentinos en particular tiene la observación del Dia de la Memoria todos los 24 de Marzo desde 1976.

La mayoría de los que tenemos feriado mañana debido a esta conmemoración seguramente nos sentiremos contentos y aliviados. Sin embargo, invito a que reflexionemos que es lo que estamos “festejando” exactamente.

Colón no era más que un ambicioso empresario de ultramar. Cuentan las crónicas que durante las dos primeras semanas de iniciada su aventura ya se podía encontrar en su diario la palabra “oro” repetida en 75 veces… Cuando llegó a América, se encontró con una sociedad que no estaba erigida sobre la propiedad privada y en donde el respeto al prójimo era la base fundamental. Decía Colón al respecto : ”Son la mejor gente del mundo, y sobre todo la más amable, no conocen el mal –nunca matan ni roban-, aman a sus vecinos como a ellos mismos y tienen la manera más dulce de hablar del mundo, siempre riendo. Serían buenos sirvientes, con 50 hombres podríamos dominarlos y obligarlos a hacer lo que quisiéramos”
Para abusar de esta “amabilidad” de los nativos, Colón no perdió el tiempo y comenzó a esclavizarlos, y les ordenó que le trajesen todo el oro que encontrasen, usando como método de “estímulo” el de cortarles las manos a los que no consiguieran ni una pepita. Nada de intercambio por espejitos de colores…

Nunca faltan los que intentan justificar semejantes atrocidades argumentando que hay que “situarse en la época” para entender y juzgar los hechos. Pues bien, yo les digo que se levantaron muchas voces contemporáneas condenando este genocidio, como la del fray Bartolomé de las Casas. Ante estas protestas las autoridades tomaban medidas, aunque muchas eran realmente ridículas y tenían como objetivo hacer figurar en los pergaminos que se estaba “haciendo algo”, cuando en realidad lo que se buscaba era justificar la matanza ante las voces opositoras.
Una de esas “medidas” consistía en aceptar que los nativos se les pagase por el trabajo que hicieran. Pero la libertad de interpretar y tergiversar las normas estaban a la orden del día, y por lo tanto no resultó en el clásico contrato empleado-patrón al que las partes se someten “libremente”, sino que más bien todo derivó en un sistema de esclavitud míseramente rentada, i.e. los tristemente célebres sistemas de Obraje colonial.
Otra “medida” tomada fue la de justificar todo el despojo en nombre de la evangelización católica. Decía al respecto un jurista de la época: “siendo por naturaleza siervos los hombres bárbaros, incultos e inhumanos, se niegan a admitir la dominación de los que son más prudentes, poderosos y perfectos que ellos siendo por derecho natural que la materia obedezca a la forma, el cuerpo al alma, el apetito a la razón (…) para desterrar las torpezas nefandas (…) y propagar la fe cristiana por todos los rincones del mundo”. Esto terminó derivando en la redacción de un documento conocido como el “Requerimiento”, que tenía como objetivo comunicarles a los nativos su nueva situación de “siervos” de la Iglesia, y por lo tanto, de súbditos del rey. Consistía en un mamotreto que los conquistadores les leían a los nativos (en español, por supuesto) antes de iniciarles la “guerra justa”, y decía algo así:

“Dios hizo el Cielo y la Tierra y una pareja humana, Adán y Eva, de la que todos descendemos, y dejó a San Pedro para que fuese superior linaje humano. El descendiente de este San Pedro vive en Roma y es el papa, quien ha hecho donación de todas la Indias a los reyes de Castilla en virtud de ciertas escrituras que podéis ver si quisiéredes. (…) Por ende, como mejor puedo vos ruego que entendáis bien esto que os he dicho, y tenéis para entenderlo y deliberar sobre ello el tiempo que fuere justo. (…) Si esto no lo entendiéreis, certificoos que con la ayuda de Dios yo entraré poderosamente contra vosotros y vos haré guerra por todas partes y manera yo pudiere, y vos sujetaré al yugo y obediencia de la Iglesia y sus altezas, y tomaré vuestras personas y vuestras mujeres e hijos y los haré esclavos, y como tales los venderé. (…) Y protesto que las muertes y daños que della se recrescieren sean de vuestra culpa, y no de su alteza, ni mía ni destos caballeros que conmigo vinieron”.

Sin palabras para algo tan absurdo, remarcando además la generosidad de la Iglesia para regalar lo que no es suyo… Encima se los leían en español, y por supuesto los nativos no entendían un joraca. Pero ya estaba justificada la “guerra justa”.

Bueno, este es mi pequeño homenaje a los caídos durante el Genocidio Americano acontecido durante más de 3 siglos, todo hecho en nombre de consignas como la “liberación espiritual” o la “erradicación de la barbarie”, absurdas excusas para justificar la dominación que aun hoy me suenan muy contemporáneas…