lunes, 9 de noviembre de 2009

Deserción cero

Un asunto pendiente siempre es la educación. No?
Los porqué que intentan explicar las fallas son numerosísimos, pero no alcanzan a darnos la clave para resolver el puzzle.

Como muchos saben, soy docente, y las reuniones a las que he asistido y participado respecto de cómo encarar la enseñanza fueron… ya ni me acuerdo, y eso que no soy una veterana todavía.

Hay estudios de lo que se nos ocurra buscar, que van sumando pequeños granitos de arena para que nos acerquemos a ese “zenit”, pero es un punto al que siempre tendemos, y nunca alcanzamos.

Hace tiempo colgué una hermosa charla de Alejandro Dolina, en la que esbozaba la respuesta a la desalentadora pregunta “¿para qué me sirve (estudiar)?”, su análisis es contundente y su “conclusión” certera: Depende lo que busques en la vida!



Ahora bien, eso que buscamos, que para muchos es clarísimo, para otros no tanto, hay un sector que directamente hace evidente una falencia abrumadora: no buscan NADA. Así es. Andan si expectativas, sólo transcurriendo la vida.
¿Se puede hacer algo? Los docentes, nosotros, la sociedad, el entorno: ¿Qué podemos hacer?
Yo no sé a ustedes, pero a mi me genera angustia y un tremendo vacío…

Hace unos días me encuentro con esta nota (un estudio realizado entre 51 alumnos de los primeros tres años del secundario al borde de la deserción escolar), de la que voy a rescatar algunos pasajes.

En diciembre de 2008, la CTA denunciaba, desde su Instituto de Estudios y Formación, que el 14,2% del total de menores de 18 años –casi dos millones de jóvenes – no asisten o nunca asistieron a un establecimiento educativo (…) Durante dos años, Graciela Krichesky, del área de Investigación y Desarrollo de Programas de Cimientos, dirigió una investigación cualitativa que se propuso comprender por qué los jóvenes abandonan la escuela media, ahondando en la inclusión desde la perspectiva de los propios estudiantes. “Un chico está incluido cuando en la escuela aprende, puede seguir y decir que la escuela le está dando algo que es significativo para su vida –explica Krichesky–. Desde la investigación existe la figura de ‘chicos desenganchados’, que son los chicos que van a veces a la escuela, con un índice de ausentismo altísimo, y no llevan carpetas, no siguen al profesor, no están al tanto de lo que pasa... simplemente van. Ese chico, obviamente, no está incluido(…) “La escuela es muy lenta, tiene un ritmo que, cuando les pedimos a los chicos que lo comparen con algo, decían ‘es como un caracol o una tortuga’. Y los chicos, fuera de la escuela, viven a un ritmo muy rápido. No es el ritmo de la cultura juvenil.” (…) En las entrevistas, los estudiantes también identificaron estrategias que realizan las escuelas para intentar retenerlos. Por ejemplo, se les permite faltar y no se lleva un registro de inasistencias, los dejan volver a la escuela en cualquier momento del año después de abandonar, suelen aprobarles el año con sólo tener la carpeta completa y hasta les permiten aprobar materias sin rendir

Voy a tomar uno de los puntos que se menciona en la nota. El de las estrategias que los mismos alumnos identifican que la escuela hace para mantenerlos “integrados” y que voy a volver a escribir:
Por ejemplo, se les permite faltar y no se lleva un registro de inasistencias, los dejan volver a la escuela en cualquier momento del año después de abandonar, suelen aprobarles el año con sólo tener la carpeta completa y hasta les permiten aprobar materias sin rendir

Constato que esto es CIERTO. La verdad que me escandaliza leerlo… como si no formara parte de la realidad que vivo como docente! Cuanta culpa y bronca me da! ES CIERTO!

La pregunta que surge naturalmente es Qué buscamos nosotros como docentes. Qué buscan las entidades educativas. QUÉ PRETENDEMOS LOGRAR?
Qué se pretende fingiendo que aprueba materias, que pasan de año, cuando no pueden elaborar textos ni interpretarlos… ¡¡¡Cuando no pueden leerlos fluidamente!!! Cuando no comprenden razonamientos abstractos . Cuando en cualquier materia que uno enseñe, antes tiene que enseñar conceptos básicos de lectoescritura que debería tener claros y son necesarios para seguir adelante!

De qué velocidad está hablando esta
Graciela Krichesky!? Qué velocidad de la “cultura juvenil”. Que tremenda payasada! Si realmente fuéramos en la enseñanza a esa velocidad no estaríamos hablando de esto!

Creo que se cargan demasiado las tintas sobre los docentes, y la sociedad no se hace cargo de nada. Qué se supone que se puede hacer dentro de un aula cuatro horas por día (si es que vinieren a clase siempre), cuando todo el aparato mediático, y todo el entorno apunta a la mediocridad absoluta? Si: Todo intenta persuadir a ser mediocre!!!

Alguno va a saltar con los paros. Y le responderé: El Nacional Buenos Aires, es en promedio, el colegio que menos horas de clase por año tiene a causa de paros y protestas, y sin embargo nadie va a venir a objetar el excelentísimo nivel que tiene.

No se trata de horas cátedra, ni de lo entretenidas o aburridas que las clases sean (dejemos fuera el tema del carisma del docente), ni de la “velocidad” de la “cultura juvenil”… no. Se trata del entorno. Y el entorno no sólo son los amigos o la familia, que enorme peso ya tienen: También son los medios.
Bueno… espero contribuciones, mientras me tomo un té de tilo… - en sala de profesores, claro :’( -